miércoles, diciembre 4, 2024
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Sin miedo a nadie

Comentario de Jairo Velasco sobre la actualidad del Burgos CF.

Echar la vista atrás y acordarse de esas frías tardes de domingo en El Plantío, con el estadio desangelado y sólo unos pocos valientes “disfrutando” de esos partidos que recordaban más a lo que simultáneamente estaba ocurriendo en muchos campos del Trofeo Diputación que al fútbol de élite. Caras reconocibles con las que apenas se hablaba de fútbol, entendiendo lo que estaba pasando más como un pasatiempo que como algo digno de analizar. 

Las incrédulas miradas de los viandantes que nos cruzábamos cuando salíamos del estadio, incapaces de entender cómo podíamos tener esa afición más destinada al sufrimiento y al cabreo que a la alegría, mientras esos pocos insensatos nos dirigíamos a casa, helados de frío y sin mucho que celebrar, ya que las aspiraciones no albergaban demasiado algarabío.

Inimaginable en esos trayectos trasladar la mente hasta este momento, no sé si cercanos al ascenso, pero si con argumentos más que suficientes para mantener la emoción hasta que las posibilidades resulten exiguas. Gradas a rebosar pese a la remarcada fecha, no sólo de espectadores, si no también de animación y entusiasmo, que dejan simplemente como un nostálgico recuerdo los bancos de madera de la vieja lateral, que se fueron con una permanencia in extremis a la categoría de bronce que nos podría haber condenado a un futuro mucho más incierto. 

Pocos partidos que acaben con el resultado inicial se pueden disfrutar tanto. Los jugadores derrocharon garra, carácter, hambre y personalidad en un ambiente que se ofrecía a ello. Tal y como ocurrió en la última jornada en casa ante el Levante nos quedamos con la sensación de haber desaprovechado la oportunidad de tumbar a un grande, de dar ese golpe sobre la mesa que nos permita formalizar definitivamente nuestra candidatura al ascenso. 

¡Qué cambio de mentalidad señores! Y que poco tiempo ha pasado entre celebrar aquel gol de Coke contra el Valladolid “B” que daba el primer puesto en la liga regular y nos permitiría, a la postre, ascender a Segunda B en una sola eliminatoria ante el Centro de Deportes El Palo y lamentar un empate ante el equipo que ostenta el séptimo puesto en la clasificación histórica de la Primera División del fútbol nacional. 

Únicamente la actuación del colegiado Adrián Cordero Vega enturbió una tarde de fútbol en su máxima expresión. El cántabro se disfrazó de Judas en la tarde de Viernes Santo, justificando con creces su descenso de categoría la temporada anterior, en la que tampoco parece desenvolverse bien, ocupando los últimos puestos en el Trofeo Guruceta del actual curso en la Liga Hypermotion. Afán de protagonismo que demuestran casi todos los árbitros que pisan el municipal, queriendo también ellos dejar su firma quizás conocedores de que ahora el Burgos también acapara cámaras.

Personalmente yo sigo con mi discurso de que todo punto suma, aun pudiendo parecer insuficiente por las circunstancias. La clasificación cada jornada está más apretada y jugando contra rivales directos todo lo que no sea perder te mantiene en la lucha por encarar lo que nos queda a cara o cruz. El equipo demostró estar dispuesto a arriesgar, a sabiendas de que en esta oportunidad tenemos más que ganar que perder, porque también para los que se visten de corto puede ser algo irrepetible en sus carreras.

La siguiente parada nos llevará hasta Castellón, donde jugaremos contra uno del los peores locales de la competición, pero la duda está en nosotros y en la cara que mostraremos ante el farolillo rojo. Ocasión, sobre el papel, inmejorable para sacudirnos la abultada derrota en Huesca y hacer bueno el empate logrado en casa, porque como nos decía aquel: “Nos toca seguir remando”.

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