domingo, abril 6, 2025
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Burgos

Un punto más y dos menos

Comentario de opinión de Jairo Velasco sobre la actualidad del Burgos CF.

Hay muchas formas de entender un resultado; En la visión de algunos vencer sin convencer no vale de nada, para otros el estilo no importa si el marcador al final del partido es favorable y otro grupo hasta de las derrotas se pueden sacar conclusiones positivas. Es una discusión infinita entre los más puristas y los más resultadistas, de la que no se ha librado el equipo burgalés después del partido en Córdoba.

Un encuentro que no defraudó. Se preveía un partido tal y como fue, el equipo andaluz no cambió la cara que mostró en Anduva y salió a por todas impulsado además por su gente en el regreso del Arcángel a la categoría de plata después de siete años en los que rozaron casi la desaparición. Intensidad, juego alegre y aluvión de oportunidades de medio campo hacia delante, pero endeblez, dudas y cierta desorganización cuando tocaba defender. 

El Burgos por su parte sabía que tocaría esperar y nuevamente Bolo dispuso un mediocentro para ello, repitiendo el plan de la semana pasada contra el Cartagena. Con Raúl y Kevin sobre el campo se antojaba difícil ser dominadores del juego ni acumular posesiones largas que bajaran los vatios de un rival acelerado, pero por el contrario aseguraban recorrido y oficio que, ante la ausencia de Atienza, el bilbaino lo entendió necesario ante un rival que se siente muy cómodo con ida y vuelta permanente desde el pitido inicial. 

Y hasta el medio tiempo pareció que ambos equipos estaban siguiendo sus planes a rajatabla, pero como repito en muchos de mis comentarios, el fútbol es un juego de errores, donde las pizarras mandan hasta dónde llega lo humano y todo da un vuelco imprevisible. El lunes le tocó a nuestro capitán, impoluto en la gran mayoría de sus apariciones, hay que hacer mucha memoria para recordar un error suyo, y prácticamente hasta un mal despeje o un “tackle” errado. La nueva posición del ex del Leioa perjudica sensiblemente su rendimento, porque aunque parezca que simplemente se ha cambiado una ficha de derecha a izquierda, ese perfil para un jugador tan acostumbrado al contrario le hace convertirse en un defensa con carencias. 

A partir de ahí los esquemas se rompieron y las predicciones se hicieron añicos. Jon Pérez no tardó en reaccionar, enrabietado porque el equipo había comenzado bien el segundo intevalo, y buscó aumentar la frecuencia de los ataques evitando así caer en una posible parsimonia provocada por el Córdoba después de haber conseguido adelantarse en el marcador. Pero los de Ania no están diseñados para defender y siguieron su plan de partido como si continuase intacto el luminoso inicial, y en una de estas, y por otro error causado por una indecisión llegaría la expulsión y el magistral tanto de Curro. 

Sin demasiada influencia en el juego, ni demasiado acierto en las acciones de este inicio de temporada, el de La Palma del Condado está volviendo a demostrar que es un jugador diferencial, que aparece en los momentos clave y que no se esconde cuando las cosas vienen mal dadas. Carácter y responsabilidad por la que la entidad hizo un importante esfuerzo en convencerle de que este club le podía aportar tantas cosas como las que él nos iba a devolver a nosotros. 

Además este año parece no estar solo, tiene mucha chispa a su alrededor, que no hace falta que esté encendida durante los noventa minutos para conectar un calambrazo en el momento oportuno. Conexión especial parece tener con Alex Sancris, que aunque tampoco haya empezado el año futbolístico en su mejor versión, ayer sumó su primer gol, el que daba la vuelta al partido, únicamente faltando agotar los minutos ante un equipo franjiverde ya agotado física y mentalmente.

Y aquí es donde vuelvo al cuarto párrafo de este comentario, a ese segundo donde se pasa de la alegría a la decepción, de los halagos a las críticas y de los vítores a los chiflidos; Esa delgada línea entre el ídolo y el villano con el que los futbolistas deben estar acostumbrados a vivir, porque con una acción pasas de estar arriba a que todo bajo tus pies arda. 

Por mi parte, me quedo tranquilo, y no solo por los cuatro de seis puntos, que la mayoría hubiésemos firmado con las circunstancia con las que hemos empezado la temporada, si no por las caras de los jugadores al acabar el partido, con los ojos llenos de rabia e ira y con la sensación de haber dejado escapar dos puntos que ya estaban prácticamente sumados en la clasificación. Pero aquí es donde entra la interpretación de cada uno, porque para alguno se habrá logrado un valioso punto y para otros se habrán tirado dos a la basura.

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