Comentario de opinión de Jairo Velasco sobre la actualidad del Burgos CF.
El fútbol ha pasado de ser un deporte a una ciencia. Se ha hablado durante innumerables horas, se han escrito miles de libros y su evolución ya se estudia hasta en másteres universitarios. La improvisación prácticamente es residual y aunque todo ya parezca estar dibujado en las pizarras, hay un factor que suele ser determinante en la mayoría de los partidos: el dominio de las áreas.
A la hora de confeccionar una plantilla parece que todas las piezas son igual de importantes; Tener dobladas todas las posiciones, jugadores polivalentes familiarizados con varias posiciones que eviten jugar con parches en determinados momentos de la temporada, e incluso tener canteranos de nivel para completar los entrenamientos son factores a tener en cuenta durante el mercado de verano.
Pero hay dos posiciones críticas en el devenir de cualquier conjunto: el portero y el delantero. Puede resultar una tremenda obviedad señalar las posiciones a priori más determinantes en los resultados de los encuentros, pero por más afianzado que esté el esquema o más rigor táctico que haya en el verde, siguen siendo los principales objetivos de un director deportivo para construir una plantilla.
En ocasiones el trabajo del equipo oculta esas deficiencias y en nuestra vuelta a la máxima competición hemos tenido la suerte de tener jugadores comprometidos y valerosos que suplían las carencias presupuestarias con trabajo y pundonor. No eran necesarias demasiadas oportunidades para dejar los tres puntos en casa y fuera éramos lo suficientemente solventes para rascar los puntos necesarios para no sufrir durante la temporada.
Ramis asumió esos principios para dar vida a un equipo descalabrado y la mejoría desde su llegada parece ser un aspecto de acuerdo general entre los aficionados. Y pese a haber obtenido positivos resultados y una meritoria racha sin perder, los tantos a favor nos lastran de tal modo que volvemos a marcar el límite del abismo, el rival a superar para los que ahora mismo perderían la categoría.
Dos delanteros, que si bien tampoco son surtidos de una cascada de oportunidades en cada partido, parecen estar negados de cara al gol, resultando ya casi inimaginable volver a celebrar un tanto suyo. A esto se suma una segunda línea contagiada de esa falta de esperanza y que busca cualquier apoyo antes de sopesar un intento a puerta. Corners en corto que no dan resultado y faltas en las que tirar tampoco parece una buena opción resumen la falta de claridad en las jugadas más básicas del fútbol.
El otro gran problema reside en la portería. Todos respiramos con la llegada de Cantero tras la dura salida de Caro al equipo de su tierra natal; Un portero muy experimentado en Segunda División y con grandes actuaciones a sus espaldas que parecía incluso mejorar lo que teníamos. Nada más lejos de la realidad sus actuaciones están dejando mucho que desear, y por suerte, sus abultados errores apenas nos han costado puntos. Y si Tomeu Nadal en su presentación dijo que él venía a ayudar a Ander, quizás deba hacerlo pero como titular.
Todos los blanquinegros pensamos que hay jugadores de sobra cualificados para empujar y generar más, necesitando que el equipo de un paso adelante tras la derrota de este fin de semana. Un herido Ferrol puede ser la víctima o el verdugo perfecto para un equipo sumido en constantes titubeos, pero si ya llevamos unas cuantas jornadas diciendo aquello de “partido vital”, las letras estarán escritas en mayúsculas en A Malata.
