Comentario de opinión de Jairo Velasco sobre la actualidad del Burgos CF
Hace justo un mes comenzaba lo que iba a ser el mes clave para los nuestros en el desarrollo de la competición. Seis partidos contra rivales directos que determinarían cual sería el devenir en un año que ha tenido de todo y que ha puesto contra las cuerdas a todos aquellos que tratan de vaticinar resultados y clasificaciones antes de que estos se den, porque una vez más se ha cumplido aquello de que el fútbol es impredecible.
Es difícil de asimilar la sensación de ahora pasar a ser el juez de la competición, sentir como los rivales son los que se juegan las castañas ante nosotros y que las urgencia han cambiado de tejado. Un giro de ciento ochenta grados en una situación que nos hizo pasar por la UVI durante unos eternos minutos en ese Eldense – Levante y en la que en este momento no parecemos ni vernos las cicatrices de aquella lesión.
El partido en Elda siguió la tónica de lo visto últimamente. Volvimos a ser inferiores, pero el azar nuevamente se alineó para que esas oportunidades que vistas en la repetición resultan inverosímiles que no acaben en gol, no acaben en gol en la realidad. Se dice que la suerte hay que buscarla, pero sinceramente me resulta muy difícil de entender como, una vez más, con unas estadísticas tan abusivamente contrarias, somos capaces de llevarnos recompensa.
Los números son los que son, con una racha que únicamente puede ser comparada con los equipos de ascenso directo, pero hay que reconocer que si no fuera porque es nuestro equipo, resulta laborioso disfrutar a nivel futbolístico con un partido a domicilio planteado por Ramis. Es prácticamente sacar más rendimiento con menos oportunidades y la única explicación al momento que estamos transitando pasa por ese aumento de la efectividad hasta porcentajes muy por encima de la media.
A tan solo dos puntos de la proyección teórica de lo que será la línea de salvación esta temporada y con veintisiete por jugar, parece claro que vamos a tener ese final tranquilo que ni los más positivos se podían imaginar. Y aunque las muy escasas posibilidades de play off parezcan inalcanzables, debemos aferrarnos a ellas para encontrar un objetivo que nos haga disfutar de aquí a junio con más ilusión que preocupación.
Recuperar el nivel de unos jugadores que han rendido muy por debajo de su nivel en muchos tramos debido a la presión de verse en una situación que parecía no recogerse como posible cuando arrancó la liga y que eso sirva como premio a una afición que ha demostrado no dejarse caer cuando el fútbol y la tabla podía invitar a ello.
Mención especial a todos los que han sabido entender el momento como algo natural en este deporte, no echando todo por la borda cuando las cosas iban de mal en peor y relativizando también los momentos positivos. Todo en la historia es cíclico y vivir estos momentos nos harán disfrutar más de las mejores, porque en las buenas y en las malas, el escudo siempre está por encima de nombres y divisiones.
